Ciudad del Vaticano.- Tras el fallecimiento del Papa Francisco, la Iglesia Católica entra en un periodo de Sede Vacante, una fase de transición en la que cesan las funciones del pontífice y comienza el camino hacia la elección de su sucesor.
De acuerdo con la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, el Colegio de Cardenales deberá reunirse en un cónclave en los próximos días para elegir al nuevo papa. Se espera que más de 100 cardenales de todo el mundo viajen a Roma para participar en este histórico proceso, que se llevará a cabo bajo estrictas normas de confidencialidad dentro de la Capilla Sixtina.
Durante este tiempo, las funciones administrativas del Vaticano estarán a cargo del Camerlengo, actualmente el cardenal Kevin Farrell, quien será responsable de organizar el funeral del papa emérito, supervisar la administración temporal del Vaticano y coordinar el cónclave.
La muerte del Papa Francisco marca el cierre de una era de apertura, humildad y compromiso con los más desfavorecidos. Ahora, los ojos del mundo están puestos en quién tomará el timón de una Iglesia con más de 1,200 millones de fieles en un contexto global complejo, marcado por desafíos sociales, ambientales y espirituales.
La Iglesia Católica se encuentra ante una nueva etapa: la elección de un nuevo líder espiritual que deberá dar continuidad o imprimir un nuevo rumbo al legado de Francisco.
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